La principal ocupación del pintor es la distribución uniforme de pintura por las superficies a decorar utilizando herramientas tales como brochas o rodillos. El pintor es contratado por los constructores o dueños de las viviendas para dar color y protección a sus paredes y techos de acuerdo a sus gustos y al diseño de la vivienda.
Entre sus funciones se encuentran el rascado de las paredes para retirar la pintura antigua o el papel pintado antes de aplicar la nueva. Para ello, utiliza decapantes, agua y espátulas. Lija las superficies para alisarlas utilizando papel de lija o cepillos de metal.